En una fiesta a la que tuve el placer de concurrir, me sorprendí cuando al poco rato de haber comenzado "el baile", el hombre que se encargaba de poner la música se destacó pasando un hit... pero de aquéllos... A los que lo recordábamos escuchar los primeros acordes nos causó sorpresa, en los menos atentos el estribillo del tema fue el que produjo el efecto. Los más jóvenes nunca lo habían escuchado.
"Hey, tú, muchacha, triste, ven, dáme, un beso, eso, ah"... Sobran otros comentarios. Fue de lo mejor de la fiesta.
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